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De: Éléonore, paciente y fundador de la asociación Lymphosport
Publicado hace 9 mes
"Como antigua atleta de élite, siempre he prestado atención a mi dieta para preparar mis competiciones y mantener mi masa muscular: los hidratos de carbono (pasta, pan y patatas) y las proteínas (pollo, pavo y huevos) constituían mi menú diario.
Con mi primer cáncer, y la importante pérdida de peso debido a mis náuseas, la dieta se complicó. Después de cada tratamiento de quimioterapia perdía el apetito, estaba más cansada, me movía menos y me sentía cada vez menos en forma. ¡Ya no sabía cómo y qué comer!
Para romper este círculo vicioso consulté a una dietista, que me explicó que alimentar bien a mi cuerpo era tan importante como tratar mi enfermedad: una dieta variada de productos frescos con varias comidas durante el día me permitía tolerar mejor lo que comía y recuperar la energía suficiente para reanudar una actividad física cotidiana: caminar unos minutos -que pude ir incrementando- y, después, volver a pedalear.
Ella me aconsejó que mantuviera un aporte energético suficientemente completo (hidratos de carbono, proteínas, lípidos y fibras) para limitar la pérdida de músculo (lo que se llama sarcopenia) así como el aumento de grasa. Es fácil perder músculo en las piernas y los brazos, así como en la zona abdominal... Desde entonces he mantenido este estilo de vida y me siento mucho mejor.
Según el Instituto Nacional de Estadística y los Estudios Económicos (INSEE de sus siglas en francés), la mayoría de las enfermedades crónicas, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares e incluso los cánceres, se deben a una mala alimentación o a la sobrealimentación, por lo que podrían evitarse... Y, tal y como ha estudiado el INSERM, una institución pública de carácter científica y tecnológica, tendemos a comer demasiado o mal con alimentos ultraprocesados, que contienen demasiados aditivos con un impacto significativo en nuestra salud.
Si tú también quieres mejorar tu dieta, aquí tienes algunos consejos:
- Planifica tus comidas para toda la semana.
- Ve preferentemente al mercado para comprar productos frescos, verduras y frutas.
- Elige verduras y frutas de temporada, así como cereales integrales, harina integral, arroz, patatas, carnes magras, pescado de agua dulce y productos lácteos naturales.
- Las almendras, el aceite de linaza, los pescados grasos y el cacao también son fuentes importantes de ácidos grasos esenciales omega-3.
- Los plátanos, los albaricoques y las semillas de sésamo también son ricos en fibras alimentarias
- Evita los platos industriales y los productos grasos y azucarados.
- Cocina comidas "caseras" cuando estés en tu mejor momento, y divídelas en porciones para congelarlas para los días en que estés cansado.
- Reparte tus comidas durante el día.
- Programa tu actividad física antes de tu snack de la mañana o de la tarde.
Como habrás comprendido, moverse un poco cada día y comer de forma más saludable son esenciales para recuperar la forma física.
Así que cuídate y, sobre todo, ¡buen provecho! 🥰"
Éléonore, paciente y columnista de actividad física de Vik.
➡️ Éléonore tiene una enfermedad crónica tras un cáncer que le dejó secuelas en una pierna. Después de sus tratamientos, retomó su formación como educadora médico-deportiva de Sport & Cancer para acompañar a otros pacientes, y luego convertirse en paciente-experta.
Con todo mi amor ❤️
Vik